- ¿Echas de menos el otro país? - Sí, claro.
- ¿Y esta ciudad? - No, nada.
Sigo teniendo claro en qué lugares fui más feliz y que a esta ciudad no me ata nada. Aunque a la gente le sorprenda y probablemente piense que miento.
Me da igual.
A veces sueñas con un lugar en el que desaparecer: yo tengo dos. Uno es todo un país. El otro, un pequeño pueblo en el que pasaría el resto de mi vida si pudiera.
Son lugares en los que soy feliz incondicionalmente sin hacer grandes cosas. Son lugares que me relajan y me hacen sonreír sin más. Que me hacen creer en que todo es posible y el mundo es bueno sin más. Que podemos olvidar esa odiosa realidad que nos rodea.
Yo tengo dos lugares que, según pienso en ellos, logran arrancarme una sonrisa: son mis refugios. Uno para seguir avanzando, otro para recordar de dónde provengo.
No me importa si no se entiende, si nadie logra entender porqué me gustan, qué me aportan. En ellos soy más yo misma que nunca, más que en esta ciudad, más que en todos los prototipos en los que no encajo.
Allí fui feliz. Sé que puedo volver. Aquí, vivo. Por decisión propia, sabiendo los motivos que me trajeron aquí y sacando lo mejor posible.
Pero sé que siempre hay dos lugares mejores a dónde ir.
- ¿Y esta ciudad? - No, nada.
Sigo teniendo claro en qué lugares fui más feliz y que a esta ciudad no me ata nada. Aunque a la gente le sorprenda y probablemente piense que miento.
Me da igual.
A veces sueñas con un lugar en el que desaparecer: yo tengo dos. Uno es todo un país. El otro, un pequeño pueblo en el que pasaría el resto de mi vida si pudiera.
Son lugares en los que soy feliz incondicionalmente sin hacer grandes cosas. Son lugares que me relajan y me hacen sonreír sin más. Que me hacen creer en que todo es posible y el mundo es bueno sin más. Que podemos olvidar esa odiosa realidad que nos rodea.
Yo tengo dos lugares que, según pienso en ellos, logran arrancarme una sonrisa: son mis refugios. Uno para seguir avanzando, otro para recordar de dónde provengo.
No me importa si no se entiende, si nadie logra entender porqué me gustan, qué me aportan. En ellos soy más yo misma que nunca, más que en esta ciudad, más que en todos los prototipos en los que no encajo.
Allí fui feliz. Sé que puedo volver. Aquí, vivo. Por decisión propia, sabiendo los motivos que me trajeron aquí y sacando lo mejor posible.
Pero sé que siempre hay dos lugares mejores a dónde ir.
2 comentarios:
Esto si lo comparto, está el pueblo donde se encuentra mi pasado y todos mis referentes y la provincia bella bellísima de la que me gustan todos los rincones.
No sé si todo el mundo tiene lugares así, pero desde luego, para mí es un privilegio poder tener dos de referencia frente a todo lo demás.
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