Suscribirse por correo electrónico

Referentes

No dudo que haya otros caminos. No los veo, llevo mucho tiempo cegada como los caballos a los que obligan a mirar en una única dirección, pero sé que existen.

Repito ideas que, en el fondo, no me creo de verdad. No obstante, las uso como mantra, porque pienso que así terminaré por interiorizarlas, por hacerlas mías y por asumirlas sin titubear. Pero todavía no: "A no es mejor que B, es solo distinto". "A no es mejor que B, solo es diferente". "A no es mejor que B, no son comparables". "A no es mejor que B, no son sustitutos". Sobre todo, cuando la elección entre A y B no depende de mí, cuando no es algo que pueda escoger, sino que viene impuesto.

Voy aprendiendo que hay otras vías distintas a las que he visto, a las que sigo viendo, a las que me han inculcado. Voy explorando y descubriendo que elegir no está en mi mano, que hay que jugar las cartas que van llegando, aunque puedo esforzarme por conseguir las mejores posibles (pero sin garantías de obtenerlas). Intento moldear mi actitud para que no sea de miedo, ni de frustración; transformar la resignación por esperanza e ilusión por todo lo desconocido, enfocarme en que distinto no es peor.

Así que miro a mi alrededor. Levanto la cabeza explorando y buscando indicios de que, si otros han podido, yo también. Busco confirmaciones de todo lo que me repito con insistencia. Escudriño buscando reafirmación.

Y me doy cuenta de que carezco de referentes: que mi entorno no me aporta modelos que pueda extrapolar, que todo es demasiado homogéneo, que la excepción se critica y se penaliza, que no hay personas que hayan transitado por otros senderos, elegidos o impuestos, y que estén igual de satisfechas que los que han caminado trazados convencionales.

En ese momento, el castillo de creencias autoalimentadas se tambalea: ¿si no los hay es porque no es factible?


2 comentarios:

el chico de la consuelo dijo...

Esta sociedad presuntamente transparente nos hace homogeneos
Quizá haya que escarbar por debajo de lo publico y lo privado
para adentrarse en las galerias
tenebrosas y atractivas de lo intimo
allí donde habitan todas las diferencias, también todos los fantasmas.
Sigo leyendote!!

Bett dijo...

Tarde, como siempre, pero por algún motivo, no me llegan los comentarios... y solo cuando vengo a sacar el polvo los veo.

Gracias, por seguir ahí de algún modo. Y sí, en esta época de tiempo teóricamente infinito, también hay que sacar telarañas de estos lares.

Un abrazo.