Suscribirse por correo electrónico

Releer(se)

Antes de terminar la adolescencia dejé de escribir diarios. En realidad, los recuerdos de esa época son difusos y no sé si de verdad plasmaba en papel lo que pensaba. En este momento, me gustaría poder abrir esa ventana, releer lo que escribí, acercarme a lo que fui o intentar recordar.

El tiempo me traiciona, diluye sensaciones, recuerdos, anécdotas. Se vuelven difusas, solo algunas permanecen bien ancladas e, incluso esas, no sé si ya las he ido modulando. Tal vez el modo en que las cuento ahora nada tiene que ver con cómo fueron. Los bordes palidecen.

Sigo escribiendo. Ya no es un relato de mi día a día. Son apuntes, notas, deseos o ideas. Inconexos entre sí, pero que forman un todo en las libretas que atesoro. Sigo prefiriendo bolígrafo y papel de verdad para apuntar.

La satisfacción de ir tachando elementos de una lista.

De cualquier lista. Tengo demasiadas. Las rehago, las cambio, las amplío y las recorto. Las cambio de páginas, comienzo de cero varias veces.

A veces no son listas. Son párrafos, intenciones. Propósitos teóricamente a mi alcance. Retos, sueños. Todo revuelto como en un mercadillo.

Cuando necesito reenfocar, cuando tengo que recordar de forma consciente qué y para qué. Cuando percibo que un papel es la mejor forma de vaciar la cabeza, echo un vistazo. Planeo el futuro, dibujo nuevos caminos. Y me releo.

Miro qué había trazado semanas o meses atrás. A menudo me sorprendo: ahí hay ya ideas que siguen queriendo salir. Es como una falsa reafirmación, como si eso ratificase que sé qué deseo. La sorpresa, no obstante, procede más de no recordar haberlo pensado ya. No tener registrado ese apunte, que no me conste esa reflexión.

Releer(me) también me da cierto sentido de evolución, aunque no sepa si hacia delante, o hacia atrás. Deseos que había olvidado y que de pronto puedo tachar, porque ya son pasado, son logros alcanzados. Propósitos que nunca van a desaparecer y son reproches silenciosos.

Unos y otros cumplen su función. Y son testigos de que hay movimiento.


No hay comentarios: