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Correr

Nunca fui deportista. Me sigue pareciendo raro cada vez que hablo de mí misma diciendo que practico un deporte.
Incoherencias, porque es cierto que me gusta probarlos todos, me divierto llevando mi cuerpo al límite y viendo hasta donde llega.

Cuatro años atrás, la cabezonería me pudo. Dije aquello tan manido de... si otros pueden, yo también. Y pude, sí. El primer día, lo recuerdo, pude 1 minuto y medio. Después tuve que parar, el aire no llegaba, era demasiado esfuerzo.

Es cierto, correr es de cobardes, puede que sea como huir.

Yo corro porque me permite huir, sí, de la rutina, del sedentarismo, de problemas que no sé cómo enfocar en ese momento. Corro para huir del atrofiamiento, de ver que cada vez me cuesta más hacer ciertos movimientos, o que subir unas escaleras puede resultar agotador.

Corro para dejar cosas atrás, sin duda, pero también como modo de avanzar hacia delante. Corro porque durante media hora, dos horas, o el tiempo que sea, lo único que llevo en mi cabeza es el sonido rítmico de mis pies. Siempre intento procesar algo, pensar... es inútil. Nunca lo consigo. Al correr todo se queda atrás, en el punto de partida, no soy capaz de arrastrar conmigo esa mochila.
Lo curioso es que ese bagaje, ese cúmulo, ha desaparecido a la vuelta. Alguien o algo lo eliminó, lo limpió.

Corro porque es sencillo, solo se trata de ir con un pie delante del otro, no hay una velocidad obligatoria, ni un recorrido establecido. No se necesita mucho equipamiento ni un lugar especial. Es simple, mecánico, tan solo hace falta querer.
Después, por supuesto, se puede complicar hasta el infinito con material técnico, con especialidades, con entrenamientos concretos. Pero, correr en sí mismo, es sencillo.

Corro también porque es exigente. Reclama constancia, obliga a salir con frecuencia, a no dormirse en los laureles. Es un proyecto a largo plazo, mi punto débil. Funciono genial con el corto y el medio plazo. Cuando se trata de ver a varios meses o años vista... todo se nubla. Correr es para mí una forma de resiliencia, de sobreponerme cada día, de creer y colocar piedras para que en un futuro den fruto. ¿Qué fruto? Está por ver.

Corro porque es una vara de medir propia. Porque la mejora no depende de nadie más, porque lucho contra mí misma, mi forma física, mi técnica, mis ganas. Corro porque el progreso solo lo puedo determinar yo, porque mis logros son privados y no son comparables. Corro porque no puedo responsabilizar a nadie más sobre cómo lo hago. Soy yo. Mis circunstancias.

Corro porque es social, porque salir en grupo es entretenido, te descubren lugares que no esperabas, rutas que nunca habías recorrido. Correr enseña que hay momentos en que es mucho más importante olvidarse de la meta, tender la mano y levantar a un compañero. O pedir ayuda yo misma cuando los músculos fallan. Correr es solidario, aunque parezca solitario.

Corro porque me permite disfrutar de recorridos sencillos, por carreteras que normalmente transito en coche, pero también me recuerda a mi infancia subiendo cuestas imposibles, queriendo llegar a lo más alto para tener buenas vistas.
Corro porque me puedo perder, literalmente, durante horas en solitario por un monte, con la vista fija en el sendero para no engancharme con raíces, con todos los sentidos alerta. Centrada. Completamente absorta en cada paso.

 
No soy deportista. Solo corro y me muevo entre los extremos paradójicos que representa. Hacer equilibrios en una cuerda floja, pero avanzando a buen ritmo.

4 comentarios:

Lo q Leo dijo...

De qué hablo cuando hablo de correr
Haruki Murakami

Bett dijo...

Se puede sacar un ensayo de casi cualquier cosa. Respecto a correr, he visto ya las motivaciones más diversas y me resulta fascinante siempre...

el chico de la consuelo dijo...

Es el unico libro (por ahora) que he leido de murakami y me gusto mucho. Siempre lo recomiendo a la gente que corre, auqnue exactamente no hable solo de correr

Bett dijo...

¡Qué ignorante soy! No lo conocía ni me sonaba.

Me lo apunto para la lista de febrero.
De él me leí Kafka en la orilla... no está mal, pero es leeeento. O a mí me resultó lento.


Gracias. Las recomendaciones de libros siempre son muy bien recibidas.