Suscribirse por correo electrónico

Excepción

Una situación extraordinaria.Y una sensación totalmente irreal.

Lo confieso, no tenía plan. Sigo sin tenerlo. Por supuesto, siempre hay deseos, escritos o no, esos famosos "para cuando tenga tiempo". Hay proyectos, anhelos, propósitos varios. Algunos, los más tangibles, el trabajo que aún está pendiente, los libros que me faltan por leer, los cursos que me gustaría hacer, esos han quedado plasmados en blanco y negro, día a día van pasando de una nota a otra, modificándose.

Esa es la parte fácil. Es ejecutar, sin pensar. Ser una máquina que produce, que realiza, que finaliza.

También está la parte de excusas. De ideales que quisiera alcanzar y que pospongo de la forma más absurda. Está el bucle que comienza a raíz de esos autoboicots, por supuesto, y las promesas de "mañana sin falta".

Y pugnando por salir, esos brotes de aspectos no tan triviales que demandan atención. Esos inicios de terremotos que, por ahora, voy sorteando. Sigo sin plan.

Pero, me temo, pronto se acabará lo urgente y lo importante reclamará su espacio...

2 comentarios:

el chico de la consuelo dijo...

Si te aburres te presto un hijo
si además es hiperactivo
se te pasa el dia en un pis pas.
Abrazos.

Bett dijo...

Creo que eso es la gran diferencia en este encierro no voluntario. Entre aquellos con hijos y los que no tenemos. Entre los que comparten espacio con pareja o familiares y los que no.

Los hijos, asumo, son fuente de ¿estrés? En todo caso, necesitan atención y reclaman su espacio. Los que conviven con otras personas tienen otros estímulos.Los que somos islas, estoy convencida de que la experiencia está siendo distinta. Y peculiar.

Un abrazo.