Días en que fumaría

Hay días en los que fumaría.  Momentos en los que desearía tener ese recurso del tabaco para poder poner forma física a ese trance en el que me quedo en determinados instantes. Las películas han hecho un gran trabajo hasta lograr que asimilemos e idealicemos hasta cierto punto esa imagen de alguien a contraluz, mirando por la ventana y exhalando el humo de un cigarrillo mientras este se consume en su mano.

Hay días en los que desearía encajar en esa imagen, como hoy, para seguir recreando esa sensación de angustia y melancolía que deja como poso un buen libro. Para seguir reviviendo risas y comentarios alegres de una velada. Para seguir viendo pasar escenas vividas como si de un vídeo se tratara.

Simplemente como forma de transmitir hacia afuera esos segundos o minutos en los que en mi interior bullen sensaciones que no corresponden con lo que sigue sucediendo alrededor. Una forma de aprehender momentos, de marcar recuerdos. Como cuando una canción trae un viejo recuerdo y uno se evade brevemente. Como cuando al terminar una buena historia, el mundo parece detenerse, sin saber cuándo volverá a aparecer otra que la supere. Como cuando reconoces un buen momento, sabes que no durará, pero al mismo tiempo eres consciente de que no habrá nada que lo supere.

Hay días en los que fumaría, sin duda.