Suscribirse por correo electrónico

Ensoñaciones

Suena el teléfono. La música va acompañada de una vibración que hace que el aparato se desplace por toda la mesa. Lo miras, no conoces el número...

¿Qué estabas haciendo? No lo recuerdas, posiblemente perdida en miles de pensamientos desordenados y a la vez en ninguno. Tus ojos se fijan en el reloj. No sabes cómo es posible que hayan pasado ya tantas horas, pero ahí están las manecillas indicando que se hace tarde.

El teléfono sigue sonando, impasible. Quien sea el que llame es persistente. Te planteas no cogerlo, no te apetece lidiar con desconocidos, no te apetece escuchar a algún comercial preguntando por el titular... pero la músiquita se está haciendo insoportable.

Al final respondes, siempre lo haces. Descuelgas y con una sonrisa en los labios respondes "¿Diga?". 
Tal vez esa llamada te despeje, te haga centrarte, piensas. Pero al otro lado de la línea solo hay pitidos indicando que han colgado.

No hay comentarios: