Hasta hace poco, tenía vida más allá de estas cuatro paredes. Es decir: iba a trabajar a una oficina.
Puede parecer una tontería, pero ese simple detalle te obliga a levantarte cuando suena el despertador (minuto arriba, minuto abajo), prepararte, desayunar y salir por la puerta de casa para regresar a una hora incierta (casi siempre mucho más tarde de lo esperado).
¿Cae de cajón? Pues sí, eso parece.
Hasta hace muy poco, yo era una de esas hormiguitas que siguen esa rutina a diario. Hasta que hice un par de cambios y...
¡tachán!
... ya no salgo de casa. Teletrabajo, que le llaman.
Así, cuando suena el despertador, sólo tu voluntad puede sacarte de cama. Bien, mi voluntad es potente... ese primer paso está superado. Pero es invierno, fuera hace frío, el pijama está caliente, nadie me ve. Así que me salto el resto de los pasos y me quedo con mi pijama calentito. Y lo dejo puesto hasta horas que da hasta vergüenza confesar (básicamente, hasta que ineludiblemente tengo que salir por la puerta).
Así es mi nueva vida. En ella, mi ropa se aburre en el armario y yo me paso el tiempo arrastrando el pijama.
5 comentarios:
Ja.
El pijama es fatal.
Enhorabuena por el teletrabajo.
Gracias por enlazarme.
¿ A que los comments hacen mucha ilusión?
Qué sorpresa!
Sí, mucha ilusión. Mi ego te lo agradece :) Y qué al tanto te veo de todo lo que sucede, jeje, no dejas pasar ni un enlace.
En cuanto al pijama... yo creo que empezaré a coleccionar varios, para que sirvan como modelitos para cada día.
Entonces el título del blog es de lo más acertado.
Pues admiro mucho tu fuerza de voluntad. Yo odio ir al insti todos los días, pero si tuviera teletrabajo creo que no saldría de la cama hasta la hora del almuerzo. Con lo noctámbulo que soy...
Gracias por el enlace también, que lo acabo de ver (aunque supongo que tú a quien leerás será a Cattz xD). Ahora me pondré al día por aquí.
Hola! Bienvenido :)
Más que fuerza de voluntad es saber que hay alguien al otro lado... esperando a que aparezcas online para mandarte cosas, jaja, así que un poco de presión viene bien.
Eso sí, los días que es imposible arrastrarse fuera de cama, poder remolonear un poco más... no tiene precio!!!
Y no... no leo a Cattz, sino también a ti. Que entre tú y Efe la verdad es que me echo unas risas viendo la satírica forma de enfrentarse a las generaciones venideras!!!
SAludos!
Publicar un comentario